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ocos territorios castellano-leoneses aúnan de forma tan sugerente antiguos poblados y fortificaciones, en un paisaje tan privilegiado, por su calidad y su conservación.
El oeste salmantino esconde abundantes poblados fortificados con imponentes murallas rodeadas de campos de piedras hincadas. Son los denominados “castros”, habitados desde época vetona, hasta su romanización.
Suelen situarse en leves promontorios, próximos a corrientes fluviales y siempre están conformados por sólidas cercas de granito con sillarejo en seco, muy bien ajustado, donde es fácil descubrir enigmáticos petroglifos y marcas.
Resulta imprescindible la visita al impresionante castro de Yecla la Vieja, en Yecla de Yeltes, donde se podrán perimetrar sus más de 5 hectáreas de extensión, recorriendo la base de su magnífica muralla, que llega a alcanzar los 5 metros de altura y, en algunos lugares, 14 m de anchura. Aventúrese el paseante a descubrir los grabados y figuras que esconden algunas de sus piedras.
Si quieres aventurarte por otros castros del territorio vetón, no dejes de visitar la próxima fortificación de Las Merchanas, en Lumbrales.
Texto: Luis Miguel Mata.
Fotografía: Fernando M.