La Lucha Leonesa es un deporte inmemorial que se practica desde hace muchos, muchos siglos y que también se llama y se llamaba: Aluche. Se practica en la provincia de León, de donde es originario y en él está la explicación de cómo se han transmitido a lo largo de los tiempos nuestras tradiciones: la oralidad que se producía cuando los padres se lo explicaban a sus hijos.
Boca a boca
Por tanto, ha sido el boca a boca el que ha permitido que la Lucha Leonesa persista y se practique aún en nuestros días. La dinámica es muy sencilla: dos personas luchan agarrados al cinturón de cuero que lleva puesto el contrario con el objetivo de derribarse. Gana el que lo derribe dos veces. Ganaderos, pastores, molineros o canteros lo practicaban y lo aprendían en el trabajo y en las fiestas.
Origen
Ahora la vida es complicada, pero antes era mucho más sencilla. Quizás por eso, el aluche o Lucha Leonesa se extendió gracias a los pastores, que utilizaban la trashumancia para transmitir sus tradiciones.
Esta práctica se ha centrado en dos zonas leonesas: la Montaña y la Ribera. Siempre se ha luchado en las fiestas, aunque actualmente hay liga de invierno y liga de verano.
Ya el viajero, historiador y geógrafo Estrabón indica que los habitantes del noroeste peninsular la practicaban. El caso es que al final, esta práctica se ha centrado en dos zonas leonesas: la Montaña y la Ribera. Siempre se ha luchado en las fiestas, aunque actualmente hay liga de invierno y liga de verano.
Deporte federado
Es en 1930, cuando la Lucha Leonesa se convierte en un deporte federado y a partir de ahí se van introduciendo normas hasta llegar hasta hoy, que está totalmente reglamentado y que acoge a miles de aficionados en sus competiciones, a las que acuden numerosos clubes federados.
El corro y la indumentaria
El aluche se practica en el corro, que es el espacio destinado a la lucha, cuyo diámetro es de 18 metros y es de césped al aire libre y de colchonetas en interior. Los luchadores van descalzos, con un pantalón corto y una camiseta.
El cinturón
Aunque al principio se agarraban al pantalón del contrario, ahora los luchadores se agarran al cinturón reglamentario (introducido en la primera mitad del siglo XX), de tres centímetros de anchura. El agarre debe ser en posición erguida y el vientre entre los dos contrincantes debe estar separado entre 10 y 15 cm. Una mano debe estar en el frente y otra a la mitad de la espalda. La duración máxima de cada combate es de minuto y medio, aunque en las finales puede durar tres.
Las mañas
Es importante decir que ya en 1913, Antonio de Valbuena en su obra «Caza Mayor y Menor», describe las mañas y los agarres, los gestos técnicos de brazos y piernas que los luchadores utilizan para derribar al contrario. Eso sí, los brazos nunca golpean y las manos no sueltan el agarre o cinturón.
Las mañas más habituales para derribar al contrario son: golpe de cadera, la media vuelta y la cadrilada, el zancajo, el garabito, la dedilla o la mediana.
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(Imagen: https://www.lanuevacronica.com/)