SSi hay un historiador importante nacido en el siglo XIX en España ese es Modesto Lafuente y Zamalloa, originario de Rabanal de los Caballeros, Palencia.
Nacimiento y estudios
Nacido en 1806 en esta localidad de la montaña palentina debido a que su padre era médico que daba servicio a varios pueblos durante la guerra contra Napoleón, comenzó sus estudios en los agustinos de Cervera de Pisuerga y luego en el seminario de León, siguiendo los pasos de su hermano, que era sacerdote.
En contra del alto clero
Durante el sistema constitucional de Riego, el obispo Roda, bajo cuya jurisdicción estaba Modesto Lafuente, puso en contra su diócesis. Es por esto, que Lafuente siempre estuvo en contra del alto clero. Igualmente pasó con el obispo de León, Abarca, lo que le obligó a matricularse en el seminario de Astorga. Ya en esa época tiene dudas sobre su vocación sacerdotal, aunque en 1831 el liberal moderado F. Torres y Amat es nombrado obispo de Astorga y le nombra bibliotecario del seminario y ocupa, además, la cátedra de Filosofía siendo sólo tonsurado.
Abandono de la carrera eclesiástica
No obstante, es en 1835 cuando Modesto Lafuente deja la carrera cuando Mendizábal prohíbe a los obispos ordenar nuevos curas y se dedica a la vida laica. Es nombrado secretario de la junta diocesana de León y logra el puesto de «juez de hecho» en la nueva administración liberal.
Comienzo como escritor satírico
En septiembre de 1837 consigue el puesto de oficial primero del Gobierno Civil y comienza su carrera como escritor liberal. Se alista en la Milicia Nacional y en abril de 1837 comienza a publicar su periódico Fray Gerundio gracias a la Ley de Imprenta de 1837. En ese periódico destaca por sus sátiras hacia los gobiernos moderados firmadas por Fray Gerundio, «enderezador universal de entuertos políticos». No hay que olvidar que toma ese nombre del personaje prohibido por la Inquisición al que había dado vida en el siglo XVIII el padre Isla.
No obstante, el Gobierno lo declara cesante en el destino que desempeñaba en el Gobierno Civil de León por sus sátiras libres e independientes. Eso sí, tras su despido cuenta con el apoyo del diputado maragato Santiago Alonso Cordero, quien le pone en contacto con la prensa progresista nacional.
El periódico Fray Gerundio
Pero es el impresor y editor Francisco de Paula Mellado, dueño del periódico La Estafeta, quien lleva a Madrid a Fray Gerundio en 1838. Es él quien le da una popularidad que hizo que le leyeran absolutistas y liberales en el periódico que lleva su nombre.
Una célebre anécdota es la que el diputado Prim, molesto por haber recibido el calificativo de «pringue» en el periódico Fray Gerundio, lo golpea con un bastón. Además, se sabe que gracias a su oficio de escritor satírico obtuvo una fortuna muy considerable: un millón y medio de reales.
En marzo de 1843 Lafuente no consigue llegar a diputado. En mayo de ese año, se casa con la hermana de su editor, María Concepción Mellado, de veinticinco años. También empezó a escribir de forma costumbrista, pero con menos éxito, ya que tenía la competencia de Mesonero Romanos, Estébanez Calderón, Fernán Caballero.
Modesto Lafuente como historiador
Es por ello por lo que, buscando respetabilidad social, comienza su carrera de historiador con rango científico. En 1846 empieza a investigar en los archivos. A partir de 1850 edita su historia de España, cuyo primer tomo se convierte en un referente para los estudiosos de la época. Una vez publica sus diez primeros tomos ingresa en 1853 en la Real Academia de la Historia. Cuenta con cuarenta y seis años y ya es el primer historiador de España.
En agosto de 1853 el gobierno moderado le nombra consejero de Instrucción Pública. Tras la Revolución de 1854, se presenta a las elecciones constituyentes en las filas de la Unión Liberal y obtiene escaño por León. Su objetivo era armonizar los principios del liberalismo con la fe católica. Es por eso que defendió que España estaba hecha para ser tan liberal como católica. Fue diputado hasta su muerte y en 1861 alcanza el rango de primer vicepresidente del Congreso. Además fue vocal de la Junta General de Beneficencia, el Consejo de Instrucción Pública, la Junta Consultiva de Ultramar. También fue miembro del Consejo de Estado y de la Academia de Ciencias Morales y Políticas.
Profesionalización de la historiografía
Además, tuvo dos cargos que desde ese momento fueron importantísimos para profesionalizar la historiografía: director de la Escuela Diplomática y presidente de la Junta Superior de Archivos y Bibliotecas.
Fallecimiento
No dejó nunca de trabajar y falleció por un «catarro pulmonar crónico» el 25 de octubre de 1866 cuando estaba terminando el volumen dedicado al reinado de Fernando VII. Los restos del referente a partir del cual se crea la rigurosa carrera de los historiadores y de la historia nacional de España están en el panteón familiar de Mayorga de Campos, a donde fueron trasladados en 1971.
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