Si hay una mujer que rompió los moldes y abrió muchas puertas a otras en el mundo de la música esa ha sido la segoviana María de Pablos. Esta directora de orquesta y compositora, desconocida para muchos, bien merece que desde Patrimonio Activo CyL le dediquemos un artículo sobre su vida y obra.
Nacimiento y estudios
María de Pablos nació en 1904 en Segovia, lugar en el que pasó sus diez primeros años de vida. De hecho, es en la capital segoviana donde comienza a estudiar solfeo y piano. En 1914, se traslada a Madrid junto a su familia, donde prosigue sus estudios musicales, sorprendiendo a propios y extraños, ya que en un ámbito donde no eran frecuentes las mujeres consiguió que en el Conservatorio de Madrid le dieran premios extraordinarios de armonía y piano en 1920.
Primeros premios
De Pablos fue una de las primeras mujeres matriculada en la asignatura de Composición. A los 23 años, comenzó a crear sus primeras piezas, como el poema sinfónico Castilla, y el motete Ave Verum. Estas composiciones hicieron que por primera vez una mujer consiguiera el premio extraordinario de composición en el Conservatorio de Madrid.
Roma y París
En 1926, aprueba una posición para entrar en el cuerpo de Correos. En 1928, es la primera mujer becada en la Real Academia de España en Roma, donde amplía sus estudios para luego, en 1930, irse a la École Normale de Musique de Paris y estudiar con Nadia Boulanger y Paul Dukas.
Vuelta a España
De París regresa a España en 1932, aunque no se sabe cuáles son las razones que impulsan esta vuelta, y ejerce como profesora sustituta en el Conservatorio de Madrid de 1933 a 1934, aunque una enfermedad la retira de ese puesto y vuelve a la plaza de correos que había conseguido hacía unos años.
Esta enfermedad es lo que marca la desaparición de la vida artística de María de Pablos y que acaba con su ingreso en los años 40 en el Sanatorio Esquerdo de Carabanchel, donde permanecerá hasta su muerte en 1990.
Estilo de María de Pablos
Para hablar de su estilo, qué mejor que sea la propia María de Pablos, quien en una entrevista para el Boletín Musical, además de declararse admiradora de la obra de Rimski-Korsakov habla de su obra: «Mi criterio estético es el procurar la fiel cohesión entre la música y lo que sirva de tema inspirador. Identificarse bien con el poema o libro teatral, para que con la música forme un todo homogéneo, armónico, siempre con ideas, sin rechazar los procedimientos nuevos de técnica, procurando que su exceso no borre lo expresivo… Que la música sea siempre un reflejo de lo que se quiera expresar».
Obra
De sus composiciones destacan, además de las ya mencionadas en párrafos anteriores:
- Sonata romántica para cuarteto de cuerda (1929).
- Faunos (1929).
- Seis canciones para voz y piano (1929): La noria, El cadalso, Verdes jardinillos, Yo voy soñando caminos (Antonio Machado), De los tormentos del amor (autor anónimo) y Soldado (Enrique Díez-Canedo).
- Dos apuntes musicales españoles: Violín y orquesta de cuerdas (1929) y Violoncello y orquesta de cuerdas (1930).
- La cabrerilla (1934).
- La Infanta Desdén (ópera inconclusa)
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