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Iglesia de Santa Bárbara, algún día ondearé en tus ruinas

autor Carlos Vicente
Iglesia de Santa Bárbara en Cabañas de Tera, Zamora

Cuenta la leyenda* que un ciudadano, harto de la algarabía vacua de su vida y de la que le rodeaban, buscó asilo en un monasterio. Y luego en otro, y en otro, y en otro… Hasta que caminando llegó a Cabañas de Tera — una localidad perteneciente al municipio de Camarzana de Tera, en la provincia de Zamora— y se paró delante de las ruinas de la iglesia de Santa Bárbara. Y así estuvo un día, y otro, y otro, y otro…

Agua, comida y manta

Al principio, una vecina salió a ofrecerle un poco de agua. Luego, apareció otro que le ofreció comida. Más tarde llegó una señora que trajo una manta. Y así todos los días. Durante semanas.

El hombre no hacía nada. Sólo contemplaba y murmuraba algo entre dientes. Contemplaba esas ruinas. Contemplaba esa iglesia de una sola nave con cabecera. Contemplaba su espadaña piedra de tres vanos. Contemplaba y contemplaba.

Contemplaba esa iglesia de una sola nave con cabecera. Contemplaba su espadaña piedra de tres vanos
Contemplaba esa iglesia de una sola nave con cabecera. Contemplaba su espadaña de piedra de tres vanos

Desapariciones

Hasta que un día, la vecina fue a ofrecerle agua y no estaba. El vecino acudió a ofrecerle comida y ya no estaba. Y la otra vecina fue a darle su manta, pero había desaparecido.

Hasta que uno de ellos se sentó delante de las ruinas y allí se quedó, contemplando y murmurando entre dientes y un día desapareció

Esto intrigó tanto a los paisanos del pueblo que no podían explicarse qué había ocurrido. Hasta que uno de ellos se sentó delante de las ruinas y allí se quedó, contemplando y murmurando entre dientes y un día desapareció. Luego fue una vecina la que contempló y nunca se la volvió a ver.

Pendones

Y así hasta que hace muy pocos años, en una de las romerías que de vez en cuando se celebran en los alrededores de las ruinas, un vecino contemplando uno de los pendones que se sacan en procesión y que luego levantarán los jóvenes con gallardía, murmuró entre dientes algo que le recordaba: «Algún día yo ondearé entre tus ruinas, iglesia de Santa Bárbará. Ondearé gallardo. Y miraré buido y penetrante, como otros lo hicieron antes que yo. Ondearé para que nadie te olvide y el tiempo no esté vacío».

Recorre nuestra web

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(Imagen: https://www.camarzanadetera.es/)

*La leyenda no existe como tal, ha sido inventada para escribir este texto.

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