La Sierra de Francia aúna tradición, paisajes y gastronomía. En el eje La Alberca, Mogarraz, Miranda del Castañar existen sobrados ejemplos de todo lo dicho. Estos tres pueblos son una muestra de amor por la tierra, a la vez que una manera de mostrar cómo la imaginación, ahora llamada innovación, puede ayudar a crear un entorno en el que el turismo se integre como una parte importante de la renta.
Qué ver
Los tres pueblos pueden verse en un día ya que la distancia entre ellos es mínima. Si comienzas por La Alberca, el más concurrido de los tres, y le dedicas un par de horas a recorrer sus calles, ver la iglesia, comprar algo en sus puestos y tomar un aperitivo tendrás, con dos horas, tiempo más que suficiente.
Personalmente te propongo que comas en Mogarraz, en el restaurante Mirasierra, un espacio que no deja de crecer, en el más amplio sentido de la palabra. Cada vez que lo visito más me sorprende y son ya muchos los años e incontables las veces que me han surtido sus fogones.
De Miranda del Castañar, te sorprenderán sus preciosas vistas sobre la sierra, además de un hermoso castillo y unas calles limpias y cuidadas. No te lo pierdas está a muy pocos kilómetros de Mogarraz en dirección a Béjar.
Gastronomía
En esta ocasión tocaba reunión familiar, día de visita con los más pequeños, ya medianos, para que conocieran este paraíso natural y de paso, los mayores, disfrutáramos de este local: como siempre repleto, por tanto, se hace imprescindible reservar mesa antes de viajar, no lo olvidéis.
El lugar es magnífico, en ningún momento te sientes agobiado, hay espacio suficiente para todos, aunque esté colgado el cartel de completo, aun así el servicio no se resiente. En esta ocasión entramos a comer con la segunda tanda, a las 15,45 h y nos sirvieron con esmero y dinamismo, a poco más de las cinco habíamos comido.
La carta es breve si bien da opciones para todos los gustos: para los tradicionales, para los modernos y para los que caminan entre dos aguas. Por supuesto, cumplimos con la tradición y probamos las Patatas Meneás, exquisitas. La Ensalada de Limones, si no la conoces debes probarla, pero entérate antes de que lleva limones, chorizo, naranja, aceite, vinagre y huevos fritos, y estos últimos, que ocupan la parte superior del recipiente se cortan y se rompen, mezclándose con el resto de los componentes. Es un plato fuerte con un extraordinario aporte de energías.
El Jamón, de la zona, muy bien presentado y cortado a cuchillo, buen sabor y ración abundante. La Carne a la Brasa de nivel, acompañada de una pequeña y limpia parrilla para que cada uno termine comiéndola a su gusto. Si los Boletus son una de vuestras setas preferidas esta es una buena zona para probarlos, pues si llegáis en fechas lo probaréis naturales, casi del día.
Te gustan los pimientos, sí, pues prueba el Zorongollo: se trata de una ensalada de pimientos asados al horno, con bacalao, cebolla, aceitunas negras y un buen aceite. Te puede parecer una ensalada pura y dura pero que combinada con un entrante es más que suficiente, sobre todo si eres un aficionado a los postres. Te recomendaría dos posibilidades: Tarta de Queso o la Nuezá o Nogalá, esta última se acompaña de un vasito de Pedro Ximénez. Por supuesto, las nueces son de la zona, ¡No son de california!
Para beber tenéis a vuestra disposición vino de sus bodegas: La Zorra. Variedad Rufete con Tempranillo. Agradable y bien de precio.
Si os juntáis varias parejas para comer no es necesario que pidáis primero para todos, la opción es negociar dos o tres de los platos de la carta y luego cada uno pedir su segundo. Será más que suficiente y esto ayudará a que la cuenta no suba de los treinta y cinco euros por persona, algo muy difícil de repetir con esta calidad.
¡Buen viaje! ¡Buen provecho!